Justo en ese momento de das cuenta de lo importante que es para ti, la necesidad que tienes que hablar con él todos los días, saber lo que ha hecho, si está bien, y pasan los días, y a cada uno hablas menos con él y te das cuenta de cuánto le echas de menos y que están tan lejos que ni si quieras puedes hacer nada para remediar el hecho de que lleváis ya tres días sin saber el uno del otro y justo cuando vas a rendirte, coincidís y te cuenta todo lo que ha hecho, como lo ha pasado y que es feliz y esa sensación de satisfacción no es comprable a ninguna otra.
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