29 de octubre de 2016

Siempre gana

Hola mis salvajes!
Me estoy demorando un poco en mis lecturas y como no sé muy bien que publicar os dejo aquí algo que escribí hace tiempo mientras oía una canción de Elliot Moss, me he acordado del texto hoy ya que ha sacado una nueva canción que me ha encantado. Si no lo conocéis tenéis que darle una oportunidad.


Grito, grito tan fuerte que me duele la garganta. Lo ha vuelto a hacer. Todo va muy lento, mis gritos van a cámara lenta, él está sentado en el sofá, apoya los codos en las rodillas y se tapa la cara con las manos mientras yo no puedo para de gritarle que lo odio, que lo ha vuelto a joder todo, me ha vuelto a joder la vida, me destruye poco a poco creyendo que con pedir perdón todo desaparece, pero solo hace acumular y acumular culpa, peleas, todas van haciendo una montaña.

Sé que llora, por eso se tapa la cara, pero me da igual, no recuerdo cuantas veces he llorado por su culpa desde que lo conozco, ahora mismo me consuela que él también este destrozado aunque no se parezca en nada a como me siento yo.
El corazón amenaza con salir de mi pecho cuando se levanta y veo sus ojos rojos y las lagrimas calleándole como una cascada por la cara, se acerca a mi rápido, agitado, yo me quedo quieta sin poder defenderme y antes de que me dé cuenta me tiene contra la pared, mientras entrelaza nuestros dedos. Aparto la cara cuando me intenta besar, lame mi cuello y cada terminación de mi piel se activa. Si dejo que haga esto lo perdonare y no puedo hacerlo, no nos hacemos bien. Me pone las manos en su pecho y luego me las besa, cierro los ojos respirando hondo y me pego más a la pared.

Esto no está bien, no paro de repetírmelo, pero sus manos acariciando las mías me distraen. Abro los ojos y el corazón me da un vuelvo cuando me encuentro con su mirada, me besa los dedos con delicadeza y tira de mi hacia la cama.

No opongo resistencia, ya ha ganado.


Siempre gana.



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