Notar la lluvia en la piel, sentir como chorrea por tus brazos y sentir que ese momento de libertad no te lo puede quitar nadie, que eres libre de correr bajo la lluvia, de empaparte y coger el mayor resfriado de tu vida, esa satisfacción de que eres libre para hacer eso no te la quita nadie y es lo que me empuja a seguir corriendo, correr hasta que deje de llover y cuando salga esos primeros rayitos de sol, secarme tumbada en el frio césped.
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